
Hoy se cumplen 456 días desde el inicio de la invasión rusa a tierras ucranianas. En todo este periodo de tiempo, Vladimir Putin ha ganado más enemigos que amigos, por las grandes consecuencias que está dejando este conflicto geopolítico a nivel mundial. Al punto, que un grupo de paramilitares rusos están combatiendo aparentemente contra las tropas del Kremlin en Bélgorod, a unos 45 kilómetros de la frontera con Ucrania.
Al parecer, los nuevos enemigos de Putin tienen nombre y apellido. Se trata de agrupaciones disidentes rusas, las cuales están saltando a los titulares de guerra por supuestos combates contra las mismas tropas de su país, en una de las zonas de mayores enfrentamientos.
Según explica una publicación de la BBC, existe cierta confusión sobre cómo se iniciaron los enfrentamientos y de dónde son originariamente estos grupos (si rusos o ucranianos), que causaron al menos 13 heridos, un muerto y afectaron varios edificios, llevando al Kremlin a declarar una "operación contraterrorista" en Bélgorod.
Por una parte, las autoridades rusas afirman que los grupos que han llevado a cabo los ataques son ucranianos, y la televisión estatal rusa llegó incluso a acusar al ejército de Ucrania de estar detrás de los enfrentamientos. Por su parte, Kyiv, sin embargo, ha negado toda responsabilidad, y asegura que los grupos paramilitares que han cruzado la frontera están formados exlusivamente por rusos.
Estados Unidos, en tanto, tomó distancia de esta incursión y dijo que "no anima ni facilita ataques dentro de Rusia".
¿De quién es la culpa?
En este contexto, Frank Gardner y James FitzGerald, analistas y expertos en guerra, señalaron al medio británico que cualquier ataque en suelo ruso pone "nerviosos" a los líderes de la Alianza Militar del Atlántico Norte (OTAN).
"La incursión puede ser una vergüenza para Moscú e incluso desviar el foco de la presunta derrota ucraniana en Bajmut; también es posible que sea parte de las operaciones de distracción previas a la contraofensiva de Ucrania, pero probablemente no es un curso de acción que vaya a ser bienvenido en Occidente", concluyeron a la BBC.
Pero, ¿quiénes son estos grupos? Dos organizaciones paramilitares se han atribuido la autoría de los ataques: la Legión para la Libertad de Rusia y el Cuerpo de Voluntarios Rusos.
Legión para la Libertad de Rusia
Es una milicia rusa con sede en Ucrania que dice operar dentro de Rusia para derrocar al presidente Vladimir Putin, aseguró el lunes en Twitter que había "liberado completamente" la localidad fronteriza de Kozinka. Este grupo se formó en 2022 "basado en el deseo de los propios rusos de luchar en las filas de las fuerzas armadas de Ucrania contra la banda armada de Putin", señala la Legión en su página web.
La agrupación asegura que se trata de una unidad rusa reconocida oficialmente por el ejército de Ucrania y que opera bajo mando ucraniano. La Legión, que dice estar combatiendo en el este de Ucrania, se ha hecho responsable del ataque de Bélgorod. Está organización está prohibida por Moscú, que la considera como un "grupo terrorista", relata la BBC.
Cuerpo de Voluntarios Rusos
Por su parte, el Cuerpo de Voluntarios Rusos (CVR) también fue fundado el pasado mes de agosto por un grupo de ultraderecha nacionalista ruso.
Fue fundado por Denis Nikitin, un exluchador de artes marciales con vínculos con grupos neonazis occidentales, el CVR está formado principalmente por combatientes rusos de extrema derecha que se oponen a Putin, y a los que unen lazos con grupos similares en Ucrania. El grupo ha estado activo al otro lado de la frontera rusa, donde se atribuyó un ataque el pasado mes de marzo en la región rusa de Briansk, en el que murieron dos civiles, y también ha reivindicado la responsabilidad de la incursión en Bélgorod.